Lecciones de la Brigada Venceremos #50
Introducción
Desde 1969, la Brigada Venceremos ha organizado delegaciones de personas de EE. UU. para visitar Cuba y aprender del pueblo cubano. Durante estas cinco décadas, han participado unas 10.000 personas en total, ayudando a sembrar el núcleo de un movimiento de solidaridad en EE. UU. En las palabras de Atilio Borón, “…bajo las peores condiciones imaginables, Cuba empezó a construir el socialismo, y hasta el día de hoy continúa esta tarea con tenacidad ejemplar. El sabotaje del gobierno de EE. UU. ha sido persistente, creciente y brutal. Demócratas y Republicanos se han alternado en la Casa Blanca, pero siempre han coincidido en su enfermiza obsesión con aplastar la Revolución Cubana y borrar de la faz de la tierra un ejemplo que demuestra que, incluso bajo el ataque ‘de amplia gama’ del mayor superpoder del mundo, un país en la periferia logra garantizar salud, educación, alimentación, seguridad social y una vida austera pero digna para la población entera”.
La delegación Venceremos No. 50 tuvo lugar durante la conmemoración del aniversario de 60 años de la revolución, en el verano de 2019. La Brigada movilizó a un número récord de más de 150 personas de todo EE. UU. La delegación era notable por su diversidad étnica, geográfica y generacional; integrantes desde los 14-años a dos de edad avanzada que participaron en la primera delegación en 1969. Como resultado de un esfuerzo consciente, ahora muches de les líderes (“responsables”) de la brigada son mujeres jóvenes afrodescendientes y personas de color, y trabajan junto a les veteranes de la generación de los 60, incluyendo a un viejo líder, de 80 años, de la Huelga del Tercer Mundo en SF State. Siete miembros de LeftRoots de todo el país– junto con dos de sus familiares jóvenes – participaron en la Brigada No. 50. En esta reflexión sobre nuestras experiencias, compartiremos lecciones clave que el proyecto revolucionario cubano ofrece para les izquierdistas en EE. UU. Además, resaltaremos la importancia de que les izquierdistas de EE. UU. presten solidaridad y apoyo a Cuba. Nuestras metas eran profundizar nuestro entendimiento de un socialismo existente en la práctica; entender mejor como desarrollar un movimiento revolucionario, y cómo rectificar el curso cuando se cometan errores; y comprender el impacto de los ataques estadounidenses contra Cuba y cómo podríamos contribuir a construir un movimiento de solidaridad para poner fin al bloqueo. El viaje fue una experiencia transformadora para nosotres, y recomendamos a otras personas que participen en las Brigadas Venceremos anuales de una, dos y tres semanas. La primera semana de la Brigada fue cerca de La Habana en un campamento que se construyó para delegaciones internacionales. Allí visitamos cooperativas e hicimos tres medias jornadas de trabajo de agricultura con les cubanos. La segunda semana visitamos el sur-centro de Cuba. Pasamos la tercera semana en Santiago, la región con mayor descendencia afrocubana del país, lugar natal de Fidel, y una sede de la revolución.
Cuando se acercaban las fechas de nuestro viaje, la administración Trump aumentó sus restricciones contra Cuba, intensificando el bloqueo estadounidense de 59 años. Cada semana que pasa deshace el progreso hacia las relaciones EE. UU.-Cuba y amenaza el bienestar del pueblo cubano. La intensificación incluyó:
- Cese de los viajes de personas permitidas, resultando en negar acceso a unas 800.000 personas al año que habían estado llegando en cruceros desde Estados Unidos. Las personas que viajan desde EE. UU. deben usar los arreglos alternativos que eran necesarios antes del acercamiento parcial bajo Obama, y los vuelos directos entre EE. UU. y Cuba se limitan a La Habana;
- Nuevas restricciones sobre remesas familiares;
- Nuevas sanciones sobre buques de carga, incluyendo el bloqueo de combustibles muy necesarios, resultando en la reducción de servicio eléctrico.
Un presente basado en la historia—Recordar la historia es recordar la resistencia
Una de las impresiones más fuertes que sacamos de esto fue: “En Cuba, la historia está por todas partes todo el tiempo, y ni siquiera está en el pasado”. El 60 aniversario de la revolución se celebró con las palabras, “Años de principios, unidad e historia”. Esta máxima revolucionaria estaba evidente en cada parada de nuestro viaje. Les líderes contaban historias de la contribución de su localidad a la larga lucha por la liberación nacional y el socialismo, con una sinceridad que hacía sentir que contaban una preciada historia familiar. Después, siempre había una canción o un poema, a menudo por una persona joven. A menudo, se acababa con solemnes ceremonias en las que les brigadistas depositaban flores.
Uno de los grandes logros de la Revolución Cubana es su capacidad de cultivar decenas de miles de nueves líderes, y llevar a cabo una transición de la generación histórica que hizo la revolución, a una nueva generación de líderes. Pudimos observar cómo la Juventud Comunista provee desarrollo de liderazgo para muchos jóvenes a través de sus revistas, proyectos, comités en cada escuela, y campañas. La historia revolucionaria se vive, rinde honor al pasado y prepara a las generaciones futuras para seguir adelante desde esas victorias.
Durante una de nuestras visitas, caminamos por un camino de concreto de una milla y media, que había sido construido por campesines locales en conmemoración de los 82 revolucionarios que desembarcaron de su pequeño barco, el Granma, en la costa sureste de Cuba en 1956. Este camino se construyó en un pantanoso manglar que parecía ser completamente impasable. El objetivo de los revolucionarios era ascender a la Sierra Maestra para establecer un área base en las montañas para la guerra de guerrillas contra el dictador Batista. Al seguir los pasos de los luchadores del Granma sentimos profundamente el esfuerzo casi superhumano que fue necesario cuando desembarcaron los revolucionarios, se abrieron camino a través del pantano con sus cargas pesadas de armas y suministros, se separaron en grupos pequeños para esconderse de los aviones de Batista que les sobrevolaban, y sufriendo de hambre, pidieron comida a los campesinos locales. De las 82 personas que desembarcaron, solo 15 llegaron al punto de reencuentro en la Sierra; el resto murió en emboscadas, cayó preso, fue traicionado o quedó separado. Pero de la fuerte semilla y fiero compromiso de los revolucionarios del Granma y el gran esfuerzo de organización de masas del movimiento, nació la Revolución Cubana. Una cita de Fidel ilustra la determinación de los revolucionarios: “Si salimos, llegamos; si llegamos, entramos; si entramos, venceremos”.
La experiencia de seguir estos pasos físicamente nos enseña que, si vamos a construir el poderoso movimiento que necesitamos, tendremos que incorporar ritos y prácticas que nos arraiguen en la historia. Esto es esencial para ayudar a que millones de personas se identifiquen como parte de cambiar la historia. Es el doble de importante en una colonia blanca de asentamiento como Estados Unidos, donde la amnesia histórica justificó la ocupación del continente “vacío”. Algunos ejemplos de la práctica cubana que podrían servir para el avance de la izquierda en EE. UU.:
- Asegurarse de compartir poesía, canciones u otras formas de cultura, por ejemplo, incluir “cultura como arma” en cada agenda;
- Desarrollar la práctica cubana de énfasis en participación juvenil, actuando dentro de nuestros movimientos;
- Renombrar nuestras calles, escuelas y salas de conferencias para conmemorar a nuestres héroes revolucionaries. El uso de esta nomenclatura hace la historia revolucionaria parte de nuestra experiencia diaria.
Lecciones prácticas sobre la colectividad y la formación de cuadros
Hay mucho que aprender de Cuba sobre cómo desarrollar la participación colectiva en la vida de la revolución.
En uno de nuestros primeros días en el Campamento Internacional Julio Antonio Mella, hubo una presentación especial de todo el personal del campamento. Duró casi una hora y presentaron al personal de una manera muy deliberada y celebradora. El director del campamento presentó al personal de cocina, de mantenimiento, médico, y administrativo, en total unes 50 trabajadores. Comunicó claramente que la revolución no continua sin que cada persona cumpla su papel particular, y que todos los roles son necesarios. Fue un gran contraste con el tono casi colonial de los hoteles en Miami.
Observamos una colectividad similar en una celebración local del 26 de Julio, en honor al aniversario del asalto de guerrilla al Cuartel de la Moncada. Esta acción y el encarcelamiento y juicio subsecuentes de Fidel lo llevó a la prominencia como líder visionario. El evento anual resaltó la revolución colectiva y constante detrás del liderazgo de Fidel. Fue patrocinado por el Comité de Defensa de la Revolución (CDR) en un pueblo cerca de nuestro campamento internacional. Doscientas personas de todas las edades se reunieron para socializar y celebrar, en honor a su historia. Después de una presentación cultural de danza y canciones en la plaza, invitaron a pequeños grupos de brigadistas a visitar las casas de la gente del pueblo. Un ritual familiar típico—ir a ver las actuaciones de les niñes—se combinó con una afirmación de la revolución y una demostración de solidaridad cubana con les brigadistas de EE. UU.
La práctica de crear participación masiva es algo que algunes de nosotres en los movimientos de justicia social y ambiental de EE. UU. hemos practicado en términos de acciones masivas, actividades de creación artística, etc. Pero, la colectividad vivida en Cuba no siempre es visible en estos entornos. El individualismo capitalista de EE. UU. también presenta un reto para las personas estadounidenses que viajan a Cuba. Con demasiada frecuencia, nos enseñan a pensar únicamente en nosotres mismes, a actuar por nuestros intereses, a enfocarnos en la cantidad y valor de las cosas, en vez de en las cualidades de las relaciones humanas manifestadas en la alegría y conexión.
Experimentamos un tremendo sentido de solidaridad y calidez del pueblo cubano. Por ejemplo, un camarada que utiliza silla de ruedas dijo, “OK, la accesibilidad en Cuba es muy difícil—cualquier cosa que dependa de los materiales de construcción se ve tan impactada por el bloqueo. Pero lo que brilla como un diamante es la práctica consistente del cuidado que el pueblo cubano muestra en torno a la discapacidad—esto lo vimos por todo. Ni por un instante sentí que yo era una incomodidad o una carga, cosa que a menudo siento en EE. UU.”.
En contraste, no fue difícil encontrar el individualismo entre nuestra brigada. Un ejemplo claro de la falta de conciencia en nuestra delegación de EE. UU. ocurrió en el medio de nuestra visita, cuando hubo una escasez de agua embotellada. Aunque el sistema de aguas cubano es excelente, la gente de Estados Unidos no está acostumbrada a su flora, así que nuestres anfitriones nos daban agua embotellada. En vez de reconocer la carencia de agua embotellada como un desafío colectivo al que se debe responder de una manera organizada, simplemente respondimos a tumbos, y cada persona trató de conseguirse agua individualmente hasta que llegara más.
Frente a las contradicciones revolucionarias
Antes del viaje, les brigadistas estudiaron un artículo por Richard Levins titulado “Cómo visitar un país socialista”. Levins advierte a las personas de países ricos que no lleguen a Cuba con una lista mental de evaluación, preparades para calificar la Revolución Cubana según nuestras propias listas. En esta sección, consideramos este reto enfocándonos en las decisiones difíciles que les revolucionaries cubanos han tomado para mantener la revolución frente a la geopolítica antisocialista. Estas son ideas iniciales y muy breves sobre asuntos complejos.
¿Desarrollo o influencia capitalista?
Desde el colapso de la Unión Soviética en 1991, Cuba ha debido tomar decisiones difíciles acerca de cómo salir adelante tras perder un 80% de sus ingresos del comercio externo. Después de perder el apoyo de la URSS, Cuba pasó por varios años de dificultad extrema, incluyendo carencias de petróleo y alimentos, llamado el Periodo Especial. En promedio, cada persona perdió unos 10 kg de peso y pareció que la ubicua música cubana dio paso al silencio. Cuba superó el Periodo Especial con un número de grandes innovaciones como la agricultura orgánica a gran escala, en la que pudimos participar durante nuestras jornadas de trabajo. En los años 90, el gobierno también tomó la decisión de desarrollar el turismo internacional para captar las divisas tan necesarias.
Desde que se tomó la decisión de desarrollar ese sector, el turismo internacional sigue creciendo. Vimos claramente la inversión económica en renovar destinos como La Habana Vieja. Al mismo tiempo, vimos una necesidad urgente de reparación en la vivienda del pueblo cubano. En una discusión con la Brigada, Johana Tablada, vicedirectora de asuntos estadounidenses del Ministerio de Asuntos Exteriores cubano, resaltó que la vivienda es posiblemente el problema social más serio en Cuba, debido en gran parte a la carencia severa de materiales causada por el bloqueo estadounidense. Aunque nadie carece de un hogar y la vivienda es un derecho humano, en Cuba sigue siendo difícil encontrar los recursos para asegurar la vivienda adecuada para todo el pueblo—para que, por ejemplo, les jóvenes adultos puedan buscar vivienda independiente cuando cumplan la edad.
Esta inversión en el turismo es más posible gracias a los cambios constitucionales que se aprobaron el año pasado, después de un proceso de consulta de tres meses que incluyó unas 135.000 reuniones públicas. Les cubanes explicaron que el país simplemente no podía continuar proveyendo empleo gubernamental para la población entera—el país necesitaba desarrollar un sector de cooperativas y permitir un sector privado muy regulado en áreas no críticas de la economía, como los restaurantes, peluquerías y casas de huéspedes. Cuando se tomó esta decisión, no fue difícil reconocer un sector público desproporcionado y por lo tanto costoso. Por ejemplo, durante otro viaje anterior a Cuba en 2013, una de nosotras observó que parecía haber más empleades que pasajeres durante un día que pasó en el Aeropuerto Internacional de La Habana. Ahora es posible poseer propiedad privada, y hay más apertura a la inversión extranjera. Específicamente, el lenguaje de la nueva constitución dice que una forma de propiedad es: “Propiedad Privada: la cual se ejerce sobre medios de producción específicos por personas naturales o legales, cubanas o extranjeras; con un rol complementario en la economía”. Ahora, algunas pequeñas empresas y cooperativas pueden servir para generar ingresos para sus dueños, bajo condiciones de regulación estricta y con la prohibición de contratar a trabajadores no familiares. Sin embargo, aun con regulación estricta, el turismo introduce distorsiones. Por ejemplo, el sector ofrece sueldos cualitativamente mejores que otros sectores cruciales como las profesiones de enseñanza o salud. Parte de nuestra brigada conocimos a una persona afrocubana que había sido profesor de cuarto grado, pero que ahora gestionaba un micro-restaurante con dos mesas de cartas en su sala de estar, para poder cuidar mejor a su madre anciana. El presupuesto nacional más reciente trata de hacer ajustes en este ámbito.
También aprendimos sobre el rol de las remesas en la economía cubana. Aunque actualmente están reducidas como parte de los ataques de la administración Trump contra Cuba, estos envíos siguen siendo una fuerza importante en la economía. La mayoría de estas remesas vienen de cubanes que salieron después de la revolución, sobre todo familias blancas ricas que fueron a Miami. Envían dinero a sus familias en Cuba, que también sobre todo blancas. Aunque de algunos modos esto genera empleo y recursos para la economía cubana, por otro lado, aumenta la división entre les cubanes por líneas de clase y raciales. Entonces, les cubanes blances tienen más posibilidad de abrir restaurantes (paladares), pensiones (casas particulares), o de reparar o expandir sus casas; mientras, más del pueblo cubano típico, incluyendo a mucha gente afrocubana, tiene largas listas de espera para recibir recursos del gobierno.
¿Qué significa reconocer medios de producción privados en un país que está desarrollando el socialismo? ¿Qué significa para un país que lucha por el socialismo abrirse a inversionistas de países capitalistas? En muchas otras excolonias, las elites administrativas o del partido se han convertido en grandes capitalistas. En una visita anterior a Cuba, algunes de nosotres escuchamos presentaciones por economistas cubanes y líderes del Partido Comunista que luchaban con estas contradicciones de forma constante y muy revolucionaria.
Lucha contra el racismo
La brigada tuvo el honor de ver una presentación y discusión con cuatro intelectuales afrocubanes, incluyendo a Esteban Morales Domínguez, un líder del Partido Comunista Cubano que durante muchas décadas ha luchado contra el racismo dentro de la revolución. Es un tema complejo porque el racismo de jure terminó muy pronto tras la victoria de 1959. Desde entonces, la revolución ha logrado grandes avances para poner fin a la exclusión generacional de les afrocubanes (de por sí un término complejo), y por la alfabetización, acceso a la educación, vivienda, salud y solidaridad humana. La contradicción es que el racismo de facto persiste de otros modos—les afrocubanes siguen luchando por el reconocimiento y la igualdad. Las actitudes, preferencias sociales, acceso al sector bien remunerado del turismo y a las remesas de Miami, números desproporcionados de caras blancas en cargos de liderazgo, desde el restaurante local a la Asamblea Nacional—son problemas reales. Aunque la conciencia nacional cubana no se basa en una lógica racial sino una lógica nacional, el color sigue importando.
Morales dijo: “Si el color no se menciona o deconstruye en el contexto de la hegemonía blanca, entonces estamos enseñando a nuestra juventud a ser blanca. Esto está mal. Crea una división peligrosa entre la realidad oficial y la realidad de las calles, donde las personas experimentan el racismo”. Morales señaló que muches héroes y mártires afrocubanes, como Maceo, un comandante principal del ejército de independencia en la guerra contra España y la esclavitud, han sido “blanqueades por omisión”. Esto es una burla total de las estimaciones de que 75-85% de la ola de luchas de 1868-98 eran personas afrocubanes.
Morales dijo: “Si el color no se menciona o deconstruye en el contexto de la hegemonía blanca, entonces estamos enseñando a nuestra juventud a ser blanca. Esto está mal. Crea una división peligrosa entre la realidad oficial y la realidad de las calles, donde las personas experimentan el racismo”. Morales señaló que muches héroes y mártires afrocubanes, como Maceo, un comandante principal del ejército de independencia en la guerra contra España y la esclavitud, han sido “blanqueades por omisión”. Esto es una burla total de las estimaciones de que 75-85% de la ola de luchas de 1868-98 eran personas afrocubanes.
Claro que cuatro siglos de racismo no se pueden extirpar completamente en sesenta años. Dijo Morales, “El racismo se encuentra en todos lados, pero no es igual que en EE. UU.”. En Cuba no vemos racismo estructural o institucional. Es mejor describirlo como prejuicio. A un nivel muy personal, Morales contó la historia de un trabajador del censo que le urgía a su propio hijo a no identificarse como afrocubano, invitándole a que se “identificara hacia arriba”, de un estatus aún estigmatizado en muchas mentes.
Morales reiteró que enmarcar este tema bajo la “igualdad de derechos ante la ley” silencia la discusión de estos problemas, y el silencio es la peor condición para el cambio. El progreso ha sido más rápido cuando la persistencia del racismo se reconoce y confronta de frente. Recientemente Cuba ha organizado un Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial, dirigida por el Presidente Miguel Díaz-Canel. Las metas de la iniciativa incluyen “identificar las causas de la discriminación racial; identificar posibles acciones para ejecutar por territorio, localidad, rama de la economía y sociedad; diseminar el legado histórico y cultural de África, de las personas indígenas y otras personas no blancas como parte de la diversidad cultural de Cuba; y promover un debate público organizado sobre asuntos raciales en las organizaciones políticas, de masas y sociales, así como su presencia en los medios”.
También tuvimos el gran honor de reunirnos con Victor Dreke, un veterano comandante afrocubano que luchó junto a Che Guevara en los cinco teatros bajo el mando del Che. Con su internacionalismo fundamental, Cuba desempeñó un papel crucial en romper la supremacía blanca en el sur de África, ayudando a derrotar al Ejército Sudafricano en la batalla de Cuito Cuanavale.
Confrontar el machismo
El patriarcado es un sistema con más de cinco mil años, y es obvio que para superarlo será necesaria una lucha concertada y duradera. Aprendimos que hoy en Cuba—una vez más, después de un esfuerzo intensivo–53% de la Asamblea Nacional Cubana son mujeres. A pesar de ser un país muy católico, Cuba fue la primera en despenalizar y luego legalizar el aborto y puede que ofrezca el mejor acceso a servicios de aborto de calidad de cualquier país en el mundo entero. Visitamos un policlínico regional liderado casi completamente por mujeres. Resalta que las imágenes degradantes o hipersexuales de mujeres están prácticamente ausentes, y la publicidad comercial no existe. Al mismo tiempo, no pudimos evitar ver que las narrativas sobre héroes y mártires de la revolución se centran sobre todo en los hombres. Por ejemplo, durante una jornada entera de visitas en la provincia de Granma, no hubo mención del nombre de Celia Sánchez, a pesar de que fue una de las organizadoras principales en la provincia y luego se convirtió en una de las líderes de la revolución. La única mención de su papel fue que nuestro autobús pasó ante una valla con su foto y las palabras “Celia, Siempre Celia”. De modo similar, los murales y otro arte sobre les héroes de la revolución eran predominantemente de hombres.
El reto actual ante Cuba: El bloqueo estadounidense es “el más hostil de la historia”
Las contradicciones internas de Cuba se complican más aun por la presión que causa en su economía el bloqueo estadounidense. Tan solo desde 2018, la economía cubana ha perdido casi $4,5 mil millones de todos los sectores como resultado de la ampliación del bloqueo por la administración Trump. Johana Tablada dijo a la Brigada Venceremos que, aunque las sanciones de EE. UU. impuestas en 1960 siempre pusieron a la Revolución Cubana en peligro, los ataques más recientes lanzados por la administración Trump “son los más hostiles de la historia”.
Durante los últimos 28 años, el gobierno cubano ha presentado una resolución en la Asamblea General de las Naciones Unidas que dice, en parte: “El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto durante seis décadas por el gobierno de los Estados Unidos de América contra Cuba es el peor sistema unilateral de sanciones injustas, severas, y prolongadas que se haya impuesto a cualquier país en la historia”. En 2019 la resolución de la ONU que insta a poner fin al bloqueo se aprobó una vez más por gran mayoría, con solo tres votos en contra. Debemos entender que el bloqueo es un ataque imperialista agresivo.
El movimiento de solidaridad debe educar a la gente en EE. UU. para que reconozcan que el bloqueo tiene un impacto negativo no solo en Cuba, sino también sobre la gente en Estados Unidos. Ya que EE. UU. no comercia con Cuba, la gente de EE. UU. no se puede beneficiar de la investigación médica cubana ni del desarrollo de medicinas cubanas innovadoras para tratar la diabetes (evitan el 80% de las amputaciones por diabetes), control de la hipertensión, y prevención de recurrencias del cáncer de pulmón. El firme dominio capitalista del cuidado de salud en EE. UU. nos impide emular características ejemplares del sistema sanitario cubano. Aprendimos que Cuba fabrica la mayor parte de sus medicinas de cuidado primario, que se proveen a la población completamente gratis. También, usando impresión 3D, Cuba fabrica prótesis auditivas que se venden por $2.50 (en USD), compárese con prótesis auditivas de $1500 en Costco. También se podrían aprender lecciones importantes de la organización del cuidado primario cubano, profundamente basado en la comunidad y con grandes logros en expectativa de vida y mortandad materna que son vergonzosos para EE. UU.
Tablada resaltó varias cosas que las personas en EE. UU. pueden hacer para apoyar a Cuba. Nos exhortó a apoyar propuestas de legislación existentes en el Congreso para revocar la prohibición de viajes. En verano de 2019, 46% del Senado se había comprometido con levantar la prohibición. También podemos insertar objeciones al bloqueo en las elecciones presidenciales y del congreso. Tablada dijo que las personas en EE. UU. deberían abordar el tema de les agricultores en el medio oeste que quieren comerciar con Cuba; también deberíamos abogar por las colaboraciones académicas y científicas. Deberíamos llevar a cabo fuertes campañas contra esfuerzos derechistas que buscan poner a Cuba otra vez en la lista de “naciones terroristas” para satisfacer el deseo de Trump de complacer a la comunidad cubana derechista exiliada y ganar en Florida. Sobre todo, Tablada animó a la gente en EE. UU. a hacer correr la palabra de que Cuba da la bienvenida a viajeres de todo el mundo para que podamos ver con nuestros propios ojos la falsedad de las mentiras que nos han contado sobre Cuba.
Indicó que en EE. UU. hay muy poco apoyo por una política agresiva anti-Cuba, pero que, al mismo tiempo, oponerse a esta política “no es prioridad de nadie”, así que no hay una oposición vigorosa a la posición hostil de EE. UU. En años recientes y especialmente desde el calentamiento parcial bajo Obama, Cuba ha sido mucho menos visible en las universidades, delegaciones de organizaciones comunitarias, y ciertamente en términos de campañas de presión pública al Gobierno de EE. UU. Se están organizando reuniones para cambiar esta realidad.
Conclusión
Fue transformador estar en un lugar donde la revolución está tan viva—nos costaba encontrar las palabras para expresarlo y diríamos algo como, “Aquí siento que puedo respirar”.
Las lecciones que aprendimos en el viaje fueron profundamente inspiradoras e impactaron fuertemente en nuestro entendimiento de cómo trabajar hacia el socialismo en Estados Unidos. Poder soñar y tener una visión de qué significa realmente gestionar un país socialista; ver de primera mano las contradicciones, las luchas que siguen; ver que Cuba no es una utopía, pero que sigue llena de ejemplos tangibles de prácticas socialistas que deseamos aquí. Aunque Cuba es un país mucho menor que Estados Unidos, su éxito en continuar creando el socialismo al lado del mayor país imperialista del mundo la hace parecer enorme. La tarea de crear un gobierno y economía socialistas en EE. UU. se hizo más posible con la Revolución Cubana, aunque aún quede mucho camino por andar. Para les izquierdistas en EE. UU., un compromiso central debe ser nuestro trabajo activo para poner fin al bloqueo y a la prohibición de viajar–con solidaridad, y con el espíritu del internacionalismo revolucionario.
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